Un grupo de cinco enviados especiales pertenecientes al curso de jóvenes reporteros de Gérgal, fuimos el pasado día 14 de Mayo a entrevistar a un grupo de mayores de la escuela de adultos de Aulago, una barriada de Gérgal. La experiencia fue muy entrañable; Francisco Garrido Carreño, María Dolores Martínez Carreño, Antonia Garrido Soriano y Ángeles Hernández Carreño nos contaron sus recuerdos de cuando eran niños sobre los juegos, tradiciones, aparición de nuevas tecnologías y la guerra civil en Aulago.
HISTORIA.
Por la forma de sus calles, su deduce que Aulago es un pueblo de origen árabe, más concretamente de la época morisca. Al principio pertenecía al municipio de Alboloduy. sobre 1790 se forma el municipio de Nacimiento en donde queda incluido “el pago de Aulago” que recibe el nombre, parece ser por la planta conocida vulgarmente como “rascavieja” que abunda en la zona y que por aquí se denomina “aulaga”.Con la revolución industrial se crea un incipiente comercio del esparto que se transporta a Almería en carros. Con la apertura de la vía férrea Linares-Almería en 1895, comienza una nueva fuente de ingresos en el lugar. La explotación de las minas de hierro de las Menas, El Rascaor, Barranco Carmona, dan un nuevo impulso a Aulago, que se convierte en su época de mayor esplendor. Se va constituyendo así que el casco viejo del pueblo lo forman las casas próximas a la Puerta de la Iglesia y la calle Llana. Un dato significativo es, que la Iglesia, construida en 1853, se construye lo más próxima al núcleo urbano del momento.
Con el estallido de la I Guerra Mundial, en el verano de 1914, se interrumpe el comercio con Europa, tanto del esparto como de la minería. Se inicia el cierre paulatino de las minas hasta que en 1916 los mineros aulagueños quedan en paro. Las secuelas de la Guerra Civil Española, la poca rentabilidad de las tierras para los que trabajan “a medias” o “al tercio”, la nueva visión tecnológica y económica de una nueva España que empieza a surgir en los años sucesivos, inician un éxodo de los aulagueños hacia las regiones industrializadas. En la década de los sesenta del pasado siglo XX, al igual que en la mayoría de los pueblos andaluces, su población emigró a distintos lugares de España, principalmente a Barcelona, y del extranjero, dejando al pueblo prácticamente deshabitado. En la actualidad aparecen censados 90 habitantes de derecho, que supone en la realidad 40 de hecho. El turismo, el Observatorio Astronómico y jubilados/as conforman el sistema de producción básico del momento
EVOLUCIÓN DEL PUEBLO.
En aquellos tiempos en que nuestros mayores eran unos niños(sobre 1940); en Aulago había dos escuelas, una para niños y otra sólo para niñas; las calles estaban empedradas; había sólo una fuente de agua para todo el pueblo en la que se formaban grandes colas para llenar cántaros para abastecer las casas; por las noches se alumbraban las calles con candiles y antorchas hechas de esparto.
Antonia Garrido Soriano que con 82 años es la de más edad de la escuela de adultos y que nació en Nacimiento aunque lleva casi toda la vida en Aulago, nos cuenta que “antiguamente” se vivía más tranquilo que ahora, ya que cuando ella era niña se crió en un cortijo y ni siquiera tenían puerta en la entrada. Aunque ahora se vive con más comodidad, reconoce.
María Dolores Martínez Carreño que tiene 75 años, contó una anécdota sobre un hombre que traía hielo y helados en botijos cargados en una burra y al estar las calles empedradas, un día resbaló la burra y casi mata al dueño, ese fue el último día que vino ese hombre, recuerda entre risas.
Para ir al médico tenían que ir andando hasta Gérgal, que se tardaba nada menos que una hora. Actualmente el médico de Gérgal sube todos los martes. El panadero llega cada dos días y aprovecha para subirle las medicinas de la farmacia; antes había dos hornos en el pueblo, nos recuerdan. El tema de la correspondencia también estaba difícil, también había que ir a Gérgal a echarlas, aunque siempre se aprovechaba cuando iba alguien y se le daban.
Ya desde niños se empezaba a trabajar, cuando más chicos cuidando el ganado y ya más grandes en la tierra. Había dos o tres cortijos grandes que contrataban mucha gente en épocas de recoger la almendra o la aceituna. Por aquellos tiempos un jornal de 8 ó 9 horas de trabajar en la tierra se pagaba a 18 pesetas; para que nos hagamos una idea... ¡un pan valía 19 pesetas!
Las casas se han empezado a arreglar hace unos 10 ó 15 años, todas están hechas de piedras y barro con techos de cañas y tierra; cosa que también se ha aprovechado en el pueblo para habilitar unas cuantas para turismo rural, que está funcionando bastante bien.
Actualmente viene un hombre todos los martes que trae de todo a modo de mercadillo, ya que hay una tienda y dos bares pero solo abren los fines de semana.
Ángeles Hernández Carreño de 66 años, cuenta que todas las tardes salen todos juntos a andar unas dos horas y que actualmente de unas 40 ó 50 personas que habrá viviendo en el pueblo, casi todos mayores, hay tan sólo una niña pequeña de 2 años y está todo el pueblo encaprichado con ella.
LAS NUEVAS TECNOLOGIAS.
Nos cuentan por ejemplo que las planchas eran unos artilugios grandes y huecos de metal en los que se introducían ascuas de carbones para que estuviesen calientes.
La primera lavadora que vieron era muy grande y parecía una hormigonera. Recuerdan que la primera televisión que llegó al pueblo fue la de Antonio Pérez sobre el año 60 y allí se juntaban todos a verla cada vez que había algún evento. Lo que más había en las casas eran radios, pero no en todas, sólo el que tenía algo de dinero para comprarla.
Las camas eran grandes armatostes de forja con unos colchones hechos de “farfollas”, que son las hojas secas que recubren las mazorcas de maíz.
Actualmente están aprendiendo a escribir con los ordenadores, -¡pero con una mano!- nos dicen entre risas.
JUEGOS Y TRADICIONES.
Los juegos más comunes eran: la comba, la rayuela, la gallinita ciega, un juego en el que uno se agachaba y otro lo saltaba que le llamaban “minche”, el aro que se jugaba con un aro y un alambre y otro al que se jugaba mucho que consistía en hacer montones de piedras y había que tirarlos por turnos a pedradas.
Antes todos los domingos se hacían dos bailes, y los jueves como no era fiesta, se hacía un baile y se le llamaba el domingo chico. Aunque se celebraba el carnaval, no se podía tapar la cara debido a que el régimen de aquel tiempo lo prohibía. Otra tradición que había era que en Semana Santa se juntaban todos los hombres del pueblo para arreglar los caminos que cruzaban por entre las montañas.
LA GUERRA CIVIL.
En época de guerra civil, los desertores se echaban a la sierra porque si se les cogía tenían pena de se muerte. Los desertores se acercaban por los cortijos y por pena se les daba de comer, pero si la guardia civil se enteraba, apaleaban al que les daba algo de ayuda. Cuando la guardia civil se acercaba por las casas había que invitarles a comer.
Nos cuentan que había un guarda en la sierra y lo mataron, no se sabía quien fue y lo pagó una familia que vivían cerca de allí; los metieron en la cárcel y de tantos golpes que allí recibieron, al poco de salir murieron.
LOS NOVIAZGOS.
Los noviazgos consistían en estar muchos años de novios y nunca sólos, ya que tenía que estar presente la madre de la novia o algún familiar de ésta y los novios uno sentado frente al otro.
Francisco Garrido Carreño de 75 años, que emigró a Barcelona y Palma de Mallorca y estuvo muchos años encargado de cuidar y mantener una finca, lo que se conoce como “aparcero”; nos relata que cuando era joven le regaló una navaja a su novia y al tiempo ella le dijo que ya no lo quería. Él se lo contó a sus amigos y decidieron ir a cantarle una serenata para intentar recuperar por lo menos la navaja. Cuenta que cuando terminaron de cantarle, salió la muchacha y le dijo que al final se había quedado sin novia y sin navaja.
Artículo realizado por: Ismael Parra Delgado.
viernes, 22 de mayo de 2009
viernes, 24 de abril de 2009
miércoles, 22 de abril de 2009
inauguración blog de ismael
Bienvenidos a mi blog, en él iré publicando fiestas, eventos, deportes y demás cosas que se me vayan ocurriendo.
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